
Este martes 30 de abril, desde las 15 horas, la Confederación General del Trabajo (CGT) encabezará una masiva movilización por el Día del Trabajador con un doble objetivo: rendir homenaje al Papa Francisco y enviar una señal de advertencia al gobierno de Javier Milei.
La convocatoria, que partirá desde avenida Independencia y Perú hasta el Monumento Canto al Trabajo, representa el cierre de un plan de lucha iniciado a comienzos de abril.
El acto comenzará con una oración en honor al Papa, y se exhibirá una gigantografía de su figura junto con videos de su mensaje social. La consigna de la marcha —»Salimos a la calle para construir un futuro mejor para todos los trabajadores, con la palabra del Papa Francisco como guía y la defensa del trabajo como bandera»— marca el tono de una movilización que mezcla espiritualidad con fuerte contenido político.
La movilización tiene lugar en un clima de tensión creciente entre la CGT y la Casa Rosada. Si bien aún se mantienen puentes de diálogo con algunos funcionarios libertarios, la relación atraviesa un momento crítico tras el paro del 10 de abril, que evidenció el predominio del ala dura sindical. La movilización busca también mostrar capacidad de convocatoria, especialmente tras el acatamiento dispar del último paro general.
En el armado de la jornada también participan las dos CTA, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y partidos de izquierda, estos últimos con reclamos más radicales. «Con una marcha no alcanza para derrotar la motosierra de Milei, los gobernadores y el FMI», señaló Rubén «Pollo» Sobrero, referente ferroviario, quien volvió a exigir un paro general de 36 horas y un plan de lucha nacional.