Sin mucha publicidad en las redes sociales o en las calles, “Bebé reno”, la nueva serie furor, se posicionó rápidamente entre los 10 contenidos más destacados. A pesar de que el trailer sugiere una comedia dramática ficcional, los siete episodios retratan una oscura y escalofriante historia sobre acoso y abuso sexual que le ocurrió al actor que encarna al protagonista, Richard Gadd.
“Sentí lástima por ella. Eso fue lo primero que sentí. Sentir lástima por alguien que no conoces es condescendiente y arrogante, pero así fue”, explicó el comediante y escritor escocés al inicio del primer capítulo. En ese instante, en el bar en donde trabajaba en aquel entonces, se puede ver ingresar a ella: Martha, una mujer de rulos, tímida y algo torpe, una primera impresión que no develaría ni un cuarto de lo que era capaz de hacer.
La historia de Richard comienza cuando se muda de Escocia a Inglaterra para dedicarse a escribir y ser un comediante exitoso. Sin embargo, a sus 30 años, veía ese sueño cada vez más lejos, ya que terminó trabajando en un bar para ganarse la vida y vivió en la casa de su exsuegra durante mucho tiempo porque no podía pagarse el alquiler.
Poco a poco, sintió que Londres le quedó “demasiado grande” y que nadie notaba su presencia o lo que estaba dispuesto a dar. Por esta razón, Gadd explicó que, en cuanto conoció a su acosadora, sintió una contención inigualable. A pesar de ello, ese sería solo el inicio de una aterradora experiencia que lo llevó a retratar en la pantalla chica.
La historia real detrás de la serie “Bebé reno”
Si bien en los primeros segundos del primer capítulo se revela que estamos a punto de ver una historia autobiográfica, Richard Gadd expresó en declaraciones con medios como Variety, GQ y The Independent que algunas cuestiones fueron llevadas a la ficción para proteger su privacidad y la de las personas involucradas en el relato.
En la vida real, el primer encuentro entre Richard y su acosadora, que era 20 años mayor y cuya identidad no se reveló, fue más que nada amistoso. En el 2015, ella había llegado al bar en donde trabajaba con una cara larga y él le preguntó qué quería tomar. Ella contestó que no tenía el dinero suficiente como para pedir algo, así que la invitó una taza de té y habilitó una charla en la cual empezaron a conocerse.
Ella le contaba sobre su vida privada y su trabajo como si fueran amigos de toda la vida y él la escuchaba. Le gustaba recibir esa atención que pensó que iba a tener en su vida londinense y que no tuvo. Para ese momento, seguía sintiendo lástima por ella, así que, en cada ocasión que se le presentaba, trataba de levantarle el ánimo sugiriéndole cumplidos y hasta llegó a coquetearle en broma sin saber que, eventualmente, ella se tomaría en serio todos esos “chistes”.
Todo cambió cuando los correos comenzaron a llegar. Durante cuatro años, la mujer le envió 41.000 mails y, en cuanto consiguió su número de teléfono, le dejó 350 horas de mensajes de voz. Rápidamente, el acoso escaló de mal a peor, al nivel de visitarlo todos los días en su trabajo, enviarle regalos no deseados y asistir a todos sus shows de comedia.
En cuanto Gadd intentó denunciar a su acosadora, la Policía no lo ayudó por no contar con las pruebas suficientes para incriminarla. Asimismo, le cuestionaban el tiempo que había pasado desde que todo había comenzado que, en aquel entonces, ya eran seis meses. Sin embargo, en otra entrevista, el comediante reconoció que no quería criticar a las autoridades, ya que era de “público conocimiento” que la institución “necesita mejoras”.
En algunos episodios de la serie, que en inglés lleva el título de Baby Reindeer, se presentan situaciones de abuso sexual que el mismo Gadd confirmó. Si bien no se dio en el mismo orden cronológico, esa experiencia lo llevó a crear una obra de teatro -titulada “Monkey See Monkey Do”- por la cual ganó un premio en 2019 y que fue el puntapié para la propuesta recién estrenada en Netflix.
En este sentido, el escritor asegura que, a pesar de lo doloroso que significó para él representar todos los hechos oscuros que atravesó durante esa etapa de su vida, hacer la serie fue parte de un proceso de “sanación”. “No quiero hablar por todas las personas que han sido abusadas sexualmente, pero una de las ramificaciones más comunes es la autoinculpación. ‘¿Por qué fui ahí? ¿Por qué hice esto? ¿Por qué yo… bla, bla, bla?’ He vivido en una prisión de autodesprecio y autocastigo. Pero escribirlo de forma cronológica y procesarlo… supongo que aprendí a ser un poco más empático conmigo mismo”, manifestó en The Independent.