Masiva muerte de animales silvestres por calor extremo en el Chaco paraguayo

Decenas de animales silvestres perecen a orillas del Pilcomayo, empantanados por la bajante o bien deambulan cerca de las personas en busca de agua.

El intenso calor que registró en la región del Chaco central paraguayo durante el fin de semana batió el récord de sensación térmica de 45°C. El pronóstico que anunciaba los 41°C fue ampliamente superado, provocando el deceso masivo de animales silvestres, que en la desesperada huida del calor y la falta de comida, mueren de golpes de calor en un panorama que agudiza la situación de emergencia actual.

«Un panorama apocalíptico» fue la descripción de los pobladores de las zonas de Pedro P. Peña y Pozo Hondo, al referirse a la situación actual de buena parte del Chaco y de la ribera que enfrenta uno de sus picos de calor más mortíferos de las últimas décadas, el cual dejó un reguero de animales silvestres muertos y otros moribundos sin posibilidad de rescate.

El intenso calor que se registró en el Chaco central y en todas las localidades aledañas durante el fin de semana batió el récord de sensación térmica de 45°C, y pese a que el pronóstico anunciaba los 41°C, fue ampliamente superado, provocando el deceso masivo de los animales silvestres como chanchos, venados, mborevís y aves de todo tipo, los cuales, en su desesperada huida del calor y la falta de comida, mueren en un panorama que agudiza la situación de emergencia.

La solución, según los propios pobladores, es inviable ya que los mismos apenas poseen agua para supervivencia, por lo que proveer agua a los animales, a no ser que sean ganado menor, es prácticamente imposible, salvo que la ayuda provenga de los gobernantes de turno.

Un grupo de trabajadores de campo que hacía una recorrida subió a las redes del diario paraguayo ABC el momento en que resignan su preciado tereré para salvar la vida de un Mborebí, (tapir) el mayor mamífero terrestre de Sudamérica. 
El animal no ofreció resistencia pese a su salvajismo luego de que las personas comenzaran a darle agua cuando ya le quedaba muy poco tiempo de vida.

 

El Pilcomayo sin agua

A su vez, la histórica sequía que atraviesa el río Pilcomayo afectó también la fauna bovina e íctica de la zona. Si bien no se pudo cuantificar con exactitud, no fue difícil de observar en los últimos días a lo largo de la ribera una gran cantidad de animales muertos de sed y hambre, desahuciados por el calor y empantanados en un escenario poco esperanzador a no ser que lleguen las primeras lluvias.

Hace siete meses que no llueve. Esta afirmación la hacen los pobladores de la zona del Pilcomayo, quienes manejan los datos de las precipitaciones al dedillo y la situación afectó en múltiples aspectos, incluyendo el entorno natural, las fuentes de agua, los pobladores y la seguridad alimentaria.

La impotencia de varios pequeños ganaderos se ve reflejada frecuentemente en las redes sociales, según postean los pobladores de las cercanías del Pilcomayo. Algunos comentan que se les mueren sus animales porque quedan atrapados en el lodo cerca de algún pozo con remanente de agua estancada.

«Si no llueve en los próximos días podemos prepararnos para ir migrando a otras zonas», afirmaron muchos habitantes, que en su gran mayoría se aferra a lo último que queda de sus reservas de agua y esperan con mucha expectativa la exploración de nuevos pozos someros para la extracción del vital líquido, tarea que debe ser encarada por la Municipalidad de Mariscal Estigarribia y la Gobernación de Boquerón.

 

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