*Por Gabriel Bobis de Diario Chaco
Eran buenos vecinos, o al menos eso parecía hasta el trágico martes 25 de diciembre de 2019. Con la Navidad como excusa perfecta, Hugo Niveiro de 35 años, junto a otros hombres, reclamaba bolsones de mercadería al dirigente social German Ariel Espíndola alias «El Chongui», sin embargo todo terminó en un enfrentamiento que dejó con una herida letal de arma de fuego, calibre 9 milímetros, al hombre que pedía el bolsón.
La intersección de Alicia Le Saige y Nicolas Rojas Acosta fue el escenario y testigo de cómo los buenos augurios de la Navidad se disiparon y todo se convirtió en tragedia. Niveiro gravemente herido fue trasladado al Hospital Perrando, pero no resistió y murió.
Por esa madrugada trágica, «El Chongui» enfrenta 4 años después un juicio por jurados que podría concluir en su condena por homicidio agravado. El proceso judicial lleva tres audiencias y hoy se realizaron los alegatos de clausura, en los que habló la fiscalía, la querella, la defensa y él. Finamente Espíndola rompió el silencio por el crimen que en 2019 le confesó a la Policía.
La jornada de esta mañana comenzó con la declaración del imputado y continuó con el alegato del fiscal Sergio Cáceres Olivera que ante el jurado popular dijo: «No fue defensa, no fue accidente, fue un homicidio . Detrás de una vida que se pierde, hay una familia. Cuando una vida se pierde es algo irreversible» y agregó que «en algunas zonas de Resistencia, y en Villa Prosperidad, las cosas se resuelven a los tiros y esto fue lo que pasó».
Según la reconstrucción que realizó el representante del Ministerio Público Fiscal, el hecho inició por el reclamo de bolsones navideños. «Hugo Niveiro no era ningún santo, no fue a reclamar o pedir tranquilamente con las otras personas los bolsones navideños. Fue a reclamar en forma violenta, hubo cascotazos a la vivienda, hubo una persona lesionada, eso está fuera de discusión. Lo que ustedes en su función de jurado tendrán que ver es si esto está justificado», continuó.
Cáceres Olivera mostró un plano de la zona donde ocurrió el homicidio, resaltó que la víctima no tenía arma de fuego a diferencia del homicida y se refirió a la declaración testimonial de una vecina, al respecto el fiscal reconstruyó: «Hugo Niveiro caminaba hacia su domicilio por Nicolas Acosta cuando fue interceptado por Marcelo y Ariel Espíndola, quienes lo persiguen y allí el imputado dispara varias veces hasta matarlo» .
El homicida dijo que con los disparos simplemente «quería asustar», pero el resultado fue muerte y por eso el fiscal salió al cruce. La hipótesis indica que el acusado Marcelo Espíndola fue herido en la intersección de Alicia Le Saige y Nicolás Rojas Acosta cuando le reclamaban bolsones navideños y que por eso busca a su hermano Ariel para vengarse. Allí interceptaron a la víctima. «Esto fue un homicidio, fue un ajuste de cuentas y fue venganza. En Villa Prosperidad las cosas se resuelven a los tiros», opinó Cáceres Olivera quien negó la existencia de denuncias que refieran a situaciones hostiles que tuvieran a Hugo Niveiro como protagonista.
Tras su exposición, el fiscal insistió en que esto fue un homicidio con intención, que no fue legítima defensa ni exceso en la misma, y por ello pidió un veredicto de culpabilidad por «homicidio agravado por el uso de arma de fuego». Lo mismo solicitó el abogado querellante Alberto Eduardo Virasoro, quien insistió que la víctima fatal no tenía ningún elemento consigo que pueda provocar heridas letales.
Virasoro añadió que la víctima fatal fue a pedir el bolsón de mercadería. «Le dijeron que no tenían, que vuelva más tarde. Volvió más tarde y le dijeron que no le podían entregar, que se retiren. Hugo reacciona y tira cascotes, no se justifica esa acción, pero se sintieron usados, se sintieron destratados. Comienza la agresión alrededor de las 19:00 horas de la tarde, el hecho que tratamos acá – el crimen ocurrió a las 23».
Indicó también el querellante que Niveiro fue acorralado y que le efectuaron unos 5 disparos. «No se pudieron diferenciar los horarios. Desde las 21 cuando habría ocurrido la agresión, hasta las 23:50 que ocurrió el hecho. No fue una legítima defensa en favor de un tercero, en este caso su hermano, que están acreditadas las lesiones, pero no está acreditado que ocurrió en ese momento», planteó sobre las diferencias de horarios que surgen respecto a la versión del imputado.
LA DECLARACIÓN DE ESPÍNDOLA
Con un tono controlado y pretendiendo exponer amabilidad, German Ariel Espíndola dio su versión de los hechos y señaló que fue víctima de un hostigamiento por más de dos años. «No era digno de sentarme en la vereda de mi casa, no era digno de recibir la visita de mi hija y de ningún familiar. No podía estar en mi casa», indicó haciendo referencia a su situación en el barrio Villa Prosperidad. «Estos chicos se dedicaban a tirar basura, las discusiones comenzaron por ese tema. Yo les pedía que por favor no me tiren la basura en la esquina de mi casa», resumió como su supuesto conflicto con Niveiro.
También aseguró que sufría cascotazos en su vivienda e intentos de ingreso a su casa con arma blanca y con tumberas. «Muchas veces me salvé de que me baleen. Muchísimas veces yo traté de evitar este quilombo», definió y aseguró estar arrepentido de lo que hizo.
«Me acusaron de ser un puntero político, yo no soy un puntero. Hace más de 11 años que estoy trabajando en esto, jamás tuve una denuncia, jamás tuve un escrache. Todas las cosas que hice las hice bien y de corazón. Soy un dirigente social , alguien que se encarga de gestionar para poder conseguir algo para mis compañeros, para mí no son gente son mis compañeros, mi familia», expresó y agregó: «Tuve la posibilidad de armar un barrio».
Hablando como un dirigente político por varios minutos y señalando obras que «hicimos» e «inauguramos», finalmente explicó que provocó el reclamo de los bolsones de mercadería: «Todo tenía un protocolo a través de Desarrollo Social, yo no puedo pedir firmas y presentar en Desarrollo. Yo tengo un cupo de 230 bolsones de mercadería por mes, las cuales se las reparten a compañeros de la agrupación. La que nos queda a nosotros, tenemos merenderos y comedor en Tirol, Fontana y en nuestro barrio«.
Según relató Espíndola él le daba mercadería a Niveiro pero que este se iba y la cambiaba «por una bolsa de cocaína» . «Yo no tenía por qué darle, porque para eso tenemos una planilla donde rendimos todos los meses a quien se la damos», continuó.
«El día del hecho yo iba a mi casa alrededor de las 18 horas, entro, me baño, pongo el auto en mi garaje y agarro mi moto, una daxita, preparo mi moto y me voy a avenida Sarmiento donde está el gaucho. Apagué mi cel y en ningún momento prendí mi celular, había sido que mientras yo estaba tomando mate, los hermanos González junto con el señor Niveiro se habían ido a mi casa a pedirme bolsones de mercadería que no les corresponden», dijo.
Por esto, el imputado fue a su casa y dijo que en ese momento encontró los vidrios, puerta y luneta de su auto rotos, acusando por esto a Niveiro y «los gonzalitos», a quienes fue a denunciar en motocicleta cuando habría sido interceptado por los jóvenes a los que acusaba. «Me salen con casera, con tumbera y me tiran una botella de Coca», contó, aunque dijo que logró evadir el ataque para denunciar el hecho y que en la Comisaría no se la tomaron.
Volvió a su hogar tras no poder realizar la denuncia, según su versión, y se reunió con su hermano, mientras que los jóvenes contra los que apuntó «seguían ladrillándome la casa». «Uno de ellos sacó un arma y le metió un escopetazo (a su hermano). Fue la desesperación lo que a mí me llevó hacer lo que hice, no fue la intención de matar a una persona».
«Empecé a tirar sin mirar tiraba, nunca me quedé parado apuntando hacia una persona para ver a quién le podía pegar un tiro, porque no era mi intención», concluyó.
En la misma línea, el abogado defensor Miguel Barceló adhirió al relato de su defendido y pidió un veredicto de no culpabilidad para el dirigente social.
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