La edición anual de la peregrinación a la Meca se tiñó de tragedia: más de 550 personas murieron a raíz de una ola de calor infernal que durante la semana estuvo por encima de los 51°.
Muchas de esas muertes se debieron al calor extremo, dijeron familiares en las redes sociales, mientras otras familias seguían buscando a parientes desaparecidos en hospitales saudíes.
Lo trágico de la situación es que el número podría ascender dado que son cientos los peregrinos que están internados por condiciones de insolación: el Centro Nacional de Meteorología saudí osciló entre los 45 y los casi 52 grados en las horas de mayor calor, entre las 11 y las 16 horas.
Entre los fallecidos se encuentran personas de distintas nacionalidades, como senegaleses, jordanos, tunecinos, indonesios y egipcios; los que registraron la mayor cantidad de decesos.