Riquelme se le planta al macrismo en Boca y ya tiene en mente quiénes serán sus laderos.

El exfutbolista, uno de los máximos ídolos del club, será candidato a vicepresidente segundo en la lista que conforman Ameal y Pergolini.

Mucho se habló del rol de Juan Román Riquelme en las próximas elecciones en Boca, que se harán el 8 de diciembre. El 10 coqueteó con el oficialismo que lidera Christian Gribaudo, sucesor del actual presidente Daniel Angelici, pero finalmente se sumó al equipo opositor conformado por Jorge Ameal y Mario Pergolini.

Por primera vez en 24 años, el macrismo podría perder el club donde comenzó la carrera política de Mauricio Macri. Desde la agrupación Juntos por Boca, órgano clave de la dupla Ameal-Pergolini, creen que la presencia del ídolo será clave para el zarpazo final en las urnas. Estiman que más de 30 mil personas se acercarán a club a votar ese domingo.

¿Cómo comenzó la carrera política de Román? ¿Quién fue el nexo entre el 10 y Ameal?

«Cuando perdimos la final con River en Madrid mi hijo Agustín me preguntó cuándo iba a volver a Boca», contó el ídolo en Fox Sports esta tarde, poco después de confirmar su desembarco en la política Xeneize. Hace pocas semanas pateó el tablero y sugirió que los tres candidatos debían unirse por el bien del club; pero la idea de la lista única estuvo muy lejos de ser realidad. El oficialismo llamó a una reunión a la que Beraldi y Ameal no se presentaron. La unidad no prosperó.

Román recibió llamados de Gribaudo y el propio Ameal. Se reunió con ellos, ofreció ideas y exigió el cargo que ocuparía: en ambos casos, vicepresidente segundo con injerencia total en el fútbol profesional del club. El 10 pidió tiempo para definir.

Un actor trascendental en esta historia fue Jorge Bermúdez. El colombiano, que vistió la camiseta de Boca y fue pieza clave en los equipos de Carlos Bianchi, es íntimo amigo del 10 e hizo inclinar la balanza en esta historia. Toda Pasión pudo confirmar con fuentes cercanas al equipo de Ameal que el Patrón trabajará muy cerca de Riquelme. También se sumaría Sebastián Battaglia, otro ídolo.

Riquelme tendrá en sus manos el futuro futbolístico de Boca. Él decidirá si hay que renovarle el contrato a Gustavo Alfaro o explorar un nuevo camino; él se sentará a evaluar los posibles refuerzos; él definirá dónde hará la pretemporada el equipo, o contra qué equipos se disputarán amistosos. Pero lo más interesante será saber qué hará con Carlos Tevez, cuyo contrato termina el 31 de diciembre.

Román versus el macrismo

Es una disputa de años que comenzó mediáticamente en abril de 2001, cuando en el medio de reclamos económicos le metió un gol a River y le dio la espalda al entonces presidente del club, Mauricio Macri. Con sus manos, inventó el famoso Topo Gigio que se replicó en todo el mundo. Fue la gota que rebalsó el vaso, la que dañó la respetuosa relación que existía entre ambos.

Román volvió a Boca en 2007 y a mediados de 2010 se encontró con un nuevo escollo. El tesorero de esa época, Daniel Angelici, se oponía a renovarle el contrato ya que entendía que el enganche no se encontraba de la mejor forma física. Él pedía cuatro años, el dirigente se lo negó y renunció una vez que Jorge Ameal, ya presidente, aportó el voto clave para darle el visto bueno a la extensión del vínculo.

En el medio apareció Macri, que mantuvo distancia: «Riquelme es un mal ejemplo para los juveniles», dijo en aquella época. Consultado por los periodistas, contestó con una chicana: «Si se acuerda tanto de mí es porque me tiene cariño», contestó entre risas. «Cuando se va de vacaciones a Mar del Plata se pone la 10 mía, así que algo me debe querer», remató.

Angelici le ganó las elecciones a Ameal en 2011 pese a haberle dado la espalda al enganche meses antes. En campaña dijo que su pensamiento sobre la no renovación de contrato era «lógica» y que él pensaba «en el bien del club». Román le dio la espalda al dirigente a mediados de 2012, cuando pegó el portazo tras la caída en la final de la Libertadores a manos del Corinthians. Ese golpe socavó la gestión del Tano.

El 10 regresó seis meses después una vez que la dirigencia no le renovó el contrato Falcioni, entrenador que prefería un equipo sin Riquelme. La Bombonera clamó por la vuelta de Carlos Bianchi y Angelici cumplió. Y con él apareció otra vez el fútbol de Román. La buena relación duró hasta 2014, cuando Angelici dilató las negociaciones y decidió no ofrecerle un nuevo vínculo al jugador.

En estos últimos años hubo un acercamiento entre el 10 y los personajes del poder. El exjugador fue a la Quinta de Olivos a visitar a Mauricio Macri y en más de una vez se reunió con Angelici. Los motivos de esos encuentros nunca se dieron a conocer.

Hace algunas semanas, distintos medios publicaron que Riquelme tenía casi todo acordado con el oficialismo para integrarse a la lista de Gribaudo. A Toda Pasión le confirmaron esta versión, pero recibió una opinión muy distinta por parte del entorno del exfutbolista: «Nunca apoyaría a esta gente». A su manera, hizo otro Topo Gigio para terminar con el reinado del macrismo en Boca.

Fuente: TN Deportivo

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