Elecciones presidenciales 2019: Fernández ganó en primera vuelta y ya negocia con Macri la transición.

Alberto Fernández emergió de una noche electoral electrizante como el próximo presidente de la Argentina, sin necesidad de ballottage, a pesar del repunte sorprendente de Mauricio Macri respecto de las primarias.

El escrutinio cerraba esta madrugada con el Frente de Todos arriba, por 48,04% a 40,44%. El regreso del peronismo al poder se explica sobre todo por un resultado arrasador en la provincia de Buenos Aires, donde la fórmula Fernández-Cristina Kirchner le sacó 16 puntos a Macri-Miguel Pichetto. Esa brecha impidió que el crecimiento del oficialismo en la Capital, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y otras provincias forzara una segunda vuelta.

Axel Kicillof será el próximo gobernador bonaerense (le ganó a María Eugenia Vidal 52,18% a 38,49%) y Horacio Rodríguez Larreta fue reelegido en primera vuelta en la Capital.

La transición empezará hoy mismo, cuando Macri y Fernández se reúnan a desayunar en la Casa Rosada.

«Una noche volvimos y vamos a ser mejores», dijo Fernández, pasadas las 23.10, en su primer discurso como presidente electo. Cristina Kirchner lo miraba de cerca: ella habló antes y declaró su «inmenso orgullo» por el triunfo de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires. Lo vivió como «un reconocimiento político». El presidente electo le agradeció haberlo elegido y dedicó la victoria a la memoria de Néstor Kirchner: «Gracias Néstor, donde estés, porque vos sembraste todo esto».

Sonaba a todo volúmen «Rezo por vos», de Charly García y Luis Alberto Spinetta, mientras una multitud con banderas argentinas celebraba en las afueras del centro cultural de Chacarita donde se reunió el Frente de Todos.

Macri había concedido la derrota minutos antes. Lo llamó a Fernández, lo felicitó y lo invitó a desayunar hoy con él en la Casa Rosada. «Tiene que empezar un período de transición ordenada que lleve tranquilidad a todos los argentinos», dijo el presidente saliente en Costa Salguero, donde Juntos por el Cambio se reunió a esperar los resultados. Se lo veía exultante en la derrota, transformado respecto de aquella noche oscura de las PASO, en la que obtuvo menos del 33% y quedó a 16 puntos de su rival.

«Nos comprometemos a ejercer una oposición, sana, constructiva, responsable, que pueda reafirmar las conquistas logradas que tanto nos han costado en estos años», anunció Macri.

Junto a él festejó Rodríguez Larreta, que con el 55,8% marcó el récord histórico de votos en 25 años de autonomía en la ciudad. También estaba Vidal, a la que fuera de micrófonos muchos macristas le reprochaban no haber empujado todo lo posible para mejorar la situación de Macri en la provincia. Ella se limitó a decir: «Yo voy a seguir comprometida con los bonaerenses. Hoy Dios me dio un descanso para que recupere fuerzas».

Lo que se acentuó el domingo electoral fue la hiperpolarización que hundió a las terceras fuerzas. Roberto Lavagna (Consenso Federal) quedó tercero, con 6,1%. Nicolás del Caño (Frente de Izquierda) llegó cuarto, con 2,1%, delante de Juan José Gómez Centurión (NOS), con 1,7%, y José Luis Espert (Despertar), 1,4%.

La transición empieza en cuestión de horas. Fernández y Macri se verán a solas, a las 8.30, en la Casa Rosada, según acordaron en una llamada de teléfono que rompió con la hostilidad que se dedicaron en las últimas semanas. «En política se gana y se pierde», le dijo el Presidente a su sucesor, según testigos de la conversación. Le prometió un proceso ordenado y colaborativo. Se propone entregarle la banda el 10 de diciembre y marcar una diferencia con el conflicto que él y Cristina Kirchner protagonizaron en 2015.

El Banco Central no perdió el tiempo. A la medianoche, poco después de cerrado el escrutinio, anunció un endurecimiento drástico del cepo cambiario: solo se podrán comprar 200 dólares por persona por mes en el mercado oficial. Fernández lo supo un rato antes.

Los festejos kirchneristas se solapaban con la urgencia por gestionar la crisis económica. Todo en medio de una sensación de sorpresa generalizada por cómo se dio la competencia final.Los pronósticos se estrellaron otra vez. Cuando todos los encuestadores vaticinaban que se mantendría o se ampliaría la diferencia nacional de las PASO, el primer corte de resultados, a las 21, sorprendió con una brecha menor a siete puntos en favor de Fernández. La participación subió al 81% (5 puntos más que en agosto). De todos modos, nunca pareció en riesgo el triunfo en primera vuelta de la fórmula kirchnerista.

Los ánimos mutaron en los dos comandos de campaña. En Cambiemos se instaló una sensación de alivio. «Se viene una etapa distinta, con una oposición presente, sin margen para un regreso autoritario del kirchnerismo», señaló un ministro de Macri, al cierre del escrutinio provisional. En el Frente de Todos, después de unos momentos de zozobra, se impuso el ánimo festivo: «¡Vamos a volver, a volver, a volver, vamos a volver!», tronaba desde las 21.30 una multitud sobre la avenida Corrientes, en las calles que rodeaban el búnker kirchnerista.

Fuente: La Nación.

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